Oficina en pabellón industrial

A un pabellón industrial construido en 1990 se traslada una empresa y plantea una reforma en uno de los tres volúmenes que componen el pabellón. Dos pabellones tienen uso de almacén y el tercero está destinado a oficinas y área de representación.

El pabellón tiene estructura metálica. Se interviene sobre un área sin distribución de 110m2 con una altura de más de 7m. Para completar el programa demandado se introduce una nueva planta mediante la instalación de un forjado de madera apoyado sobre pilares de acero. En planta baja se ubican las oficinas y servicios y en la primera zona de reuniones y de exposición de productos a clientes. Destacando en esa zona de reuniones un gran mirador con vistas la monte Oiz.

Un presupuesto reducido condiciona las decisiones del proyecto manteniéndose por tanto la mayor cantidad de elementos existentes posibles. El proyecto se desarrolla siguiendo el estándar Passivhaus. Se han empleado materiales de bajo impacto ambiental considerando su Ciclo de Vida. Se ha prestado especial atención a la hermeticidad al paso de aire. El sistema constructivo empleado permite un muy bajo consumo de energía manteniendo las condiciones de confort.

El volumen a intervenir tiene fachadas a este, norte y oeste. Está cerca de un arroyo en una zona especialmente húmeda y con poco aporte de energía solar en invierno. Por eso hay que prestar especial atención al dimensionamiento del aislamiento.

Además de la fachada se ha considerado como parte de la envolvente exterior la partición en contacto con el almacén. Se han aislado la solera existente y la cubierta al exterior de la original que se deja como acabado al interior.

Se aprovecha la chapa de fachada existente como barrera de estanqueidad al aire, instalando por el exterior una nueva fachada ventilada realizada íntegramente con madera. Desde la estructura en KHV al acabado final pasando por la perfilería intermedia. Como acabado de la fachada una piel continua, sin juntas, ejecutada en madera termotratada.